jueves, 29 de octubre de 2015

SEGURIDAD Y FIABILIDAD


Uno de los problemas a los cuales se enfrenta actualmente la tecnología wifi es la progresiva saturación del espectro radioeléctrico, debido a la masificación de usuarios, esto afecta especialmente en las conexiones de larga distancia (mayor de 100 metros). En realidad el estándar wifi está diseñado para conectar ordenadores a la red a distancias reducidas, cualquier uso de mayor alcance está expuesto a un excesivo riesgo de interferencias.
Un muy elevado porcentaje de redes son instalados sin tener en consideración la seguridad convirtiendo así sus redes en redes abiertas (o completamente vulnerables ante el intento de acceder a ellas por terceras personas), sin proteger la información que por ellas circulan. De hecho, la configuración por defecto de muchos dispositivos wifi es muy insegura (routers, por ejemplo) dado que a partir del identificador del dispositivo se puede conocer la clave de éste; y por tanto acceder y controlar el dispositivo se puede conseguir en sólo unos segundos.

El acceso no autorizado a un dispositivo wifi es muy peligroso para el propietario por varios motivos. El más obvio es que pueden utilizar la conexión. Pero además, accediendo al wifi se puede monitorizar y registrar toda la información que se transmite a través de él (incluyendo información personal, contraseñas....). La forma de hacerlo seguro es seguir algunos consejos:

· Cambios frecuentes de la contraseña de acceso, utilizando diversos caracteres, minúsculas,   mayúsculas y números.
· Se debe modificar el SSID que viene predeterminado.
· Realizar la desactivación del broadcasting SSID y DHCP.
· Configurar los dispositivos conectados con su IP (indicar específicamente qué dispositivos       están autorizados para conectarse).
· Utilización de cifrado: WPA2.
· Filtrar los dispositivos conectados mediante la MAC address.

Existen varias alternativas para garantizar la seguridad de estas redes. Las más comunes son la utilización de protocolos de cifrado de datos para los estándares wifi como el WEP, el WPA, o el WPA2 que se encargan de codificar la información transmitida para proteger su confidencialidad, proporcionados por los propios dispositivos inalámbricos. La mayoría de las formas son las siguientes:

· WEP, cifra los datos en su red de forma que sólo el destinatario deseado pueda acceder a ellos. Los cifrados de 64 y 128 bits son dos niveles de seguridad WEP. WEP codifica los datos mediante una “clave” de cifrado antes de enviarlo al aire. Este tipo de cifrado no está recomendado debido a las grandes vulnerabilidades que presenta ya que cualquier cracker puede conseguir sacar la clave, incluso aunque esté bien configurado y la clave utilizada sea compleja.

· WPA: presenta mejoras como generación dinámica de la clave de acceso. Las claves se    insertan como dígitos alfanuméricos.
· IPSEC (túneles IP) en el caso de las VPN y el conjunto de estándares IEEE 802.1X, que    permite la autenticación y autorización de usuarios.
· Filtrado de MAC, de manera que solo se permite acceso a la red a aquellos dispositivos    autorizados. Es lo más recomendable si solo se va a usar con los mismos equipos, y si son  pocos.
· Ocultación del punto de acceso: se puede ocultar el punto de acceso (router) de manera que   sea invisible a otros usuarios.
· El protocolo de seguridad llamado WPA2 (estándar 802.11i), que es una mejora relativa a    WPA. En principio es el protocolo de seguridad más seguro para Wi-Fi en este momento. Sin   embargo requieren hardware y software compatibles, ya que los antiguos no lo son.

La seguridad de una red wifi puede ser puesta a prueba mediante una auditoría de wifi. Sin embargo, no existe ninguna alternativa totalmente fiable, ya que todas ellas son susceptibles de ser vulneradas.

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